Consumiendo bacalao, pulpo, sardina y trucha colaboras con la conservación de los océanos. Con el salmonete, la merluza o la sepia pones la cosa un poco peor. Y con el rape del atlántico y los langostinos la cosa se pone muy fea.
España es uno de los mayores consumidores de pescado del mundo. Cada ciudadano consume una media de 40 kilogramos al año. Además, nuestro país es la principal potencia pesquera de Europa. Sin embargo, cada vez son más las especies emblemáticas que desaparecen del menú. A este ritmo los mares se están quedando sin pesca, lo que amenaza el futuro de la industria. De hecho, en aguas comunitarias más del 80% de los caladeros se encuentran agotados o sobreexplotados.
Sin embargo, los consumidores tienen un papel fundamental a la hora de buscar un solución a este problema. WWF/Adena ha lanzado recientemente una guía de bolsillo para un consumo responsable con el objetivo de orientar sobre las especies que debemos comprar y las que no, según la salud de sus poblaciones.
Eligiendo los productos más ecológicos, el consumidor estará también incentivando a los pescadores, mariscadores o acuicultores que realizan su labor de forma respetuosa con el medio marino. Igualmente, WWF/Adena pretende estimular a las cadenas de comercialización, pescaderías o restaurantes a que opten por ofertar productos sostenibles.
Consejos prácticos
Lleva esta guía contigo y úsala a la hora de hacer tus compras en la pescadería. Busca las especies que están en la lista verde (como las almejas, los berberechos o las sardinas) y evita las que aparecen en la lista roja (como el mero, el rape o los langostinos). De esta forma, estarás conservando los océanos.
Recuerda también que las etiquetas deben acompañar obligatoriamente el pescado en todos los establecimientos y en ellas encontrarás información sobre la procedencia y el tipo de arte utilizado para extraerlo.
Con tu consumo responsable puedes salvar los mares. Descárgate aquí la guía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario