Andaba yo buscando el otro día un remedio casero para deshacerme de una molesta ampolla que me salió en un pie y que me hacía daño al andar y la siempre sapientísima Sara me contó un truquillo que me vino genial. Es muy fácil y nos ahorra los cerca de 9 euros que cuestan las famosas tiritas y parches de silicona.
Solo tenemos que enhebrar una aguja desinfectada, atravesar la ampolla con el hilo y hacer un nudo en uno de los extremos para que funcione como mecanismo drenante y la ampolla no se vuelva a llenar de líquido. Hay que dejar el hilo hasta que se seque la ampolla y se caiga la piel muerta.
En el blog de Liébana, nuestro camino también comparten este remedio y otro muy útil y natural para las rozaduras: se trata de aplicar sobre la rozadura la telilla blanca que tiene la cáscara del huevo en su interior.
Además de porque nos ahorran unos euros (una caja de 5 parches de silicona cuesta más de 8 euros) y porque son más sostenibles (no se gastan apenas recursos), este tipo de remedios me gustan porque nos ponen en contacto con nuestro cuerpo, con nuestra salud y nos reconcilian con nuestros fluidos.
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