10 años después, el pueblo sigue lleno de pancartas, panfletos y consignas de ánimo para seguir luchando contra el emprendimiento minero de la compañía Yamana Gold que pretende explotar los recursos naturales de la zona y arruinar el futuro de sus habitantes.
Karen y su chico Nicanor nos alojaron en su casa. Los dos son activistas anti mega-minería y nos explicaron en qué han basado los vecinos organizados su trabajo para lograr frenar los avances de Yamana. El trabajo de colectivos como la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel por el No a la mina o Coop16 se centra en informar, difundir y llamar a la participación desmontando las mentiras de esta transnacional que ya ha ocasionado desastres naturales de gran importancia en otras zonas de Argentina, Honduras y Brasil.
"No es trabajo, es una estafa", explican. La megaminería crea muy pocos puestos de trabajo. Para ganar el apoyo de la gente prometen lo que no van a cumplir aprovechándose de las necesidades de las familias sin trabajo o que viven de changas. 10 años después del plebiscito, los directivos de Yamana prometen cantidades de empleos, contratos y sueldos para un proyecto minero del que todavía no han presentado ningún estudio ni proyecto. Además, en el caso de que la mina creara empleo habría que preguntarse cuántos trabajos se destruirán porque muchas actividades de hoy no podrán continuar si hay megaminería. Los vecinos de Esquel no quieren que arruinen su agua y sus tierras, desean que en la región se apoye su agricultura y horticultura, que se creen más granjas y se fomente la elaboración de productos con denominación de origen, las actividades de recreación, el turismo y las industrias limpias.
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