Estos días hemos podido recorrer varios departamentos de la provincia de Mendoza, hemos conocido Godoy Cruz, Maipú, Luján de Cuyo, Chacras de Coria y Las Heras. Justo en este último municipio aún dura la resaca de los acontecimientos vividos hace ahora tres semanas. Nos contaron que a principios de abril, sabiendo que se iba a celebrar una ceremonia en el campo lasherino de Las Lajas, donde funcionó un centro clandestino de detención y en el que se estima pueden haber sido arrojados y enterrados muchas de las personas desaparecidas en Mendoza durante la dictadura de Videla, aparecieron pintadas anónimas. Dejaron marcadas unas esvásticas en la tranquera de ingreso y pintaron frases como "juicio y castigo a los Montoneros". ¿Qué consiguieron? Justo el efecto contrario: más de 200 personas se trasladaron al lugar para impulsar el avance judicial que permita investigar a los responsables (militares y civiles) que estuvieron vinculados con ese campo de exterminio de personas y a la vez hacer las excavaciones en busca de los restos que permanecen allí. Lejos de amilanarse por las amenazas, hicieron el acto previsto y homenajearon a sus compañeros y compañeras.
Ahora, en el inicio de esta semana, seguramente las mismas personas, han robado documentación y archivos en la sede del Ministerio Público Fiscal de la Justicia Federal. Lo que sustrajeron está relacionado con los juicios que se llevan adelante en Mendoza por delitos de lesa humanidad.
Lo bueno es que no corre peligro ninguna de las causas por este hecho. Tampoco peligra el fuerte compromiso de las personas que desde hace años luchan por la justicia, la verdad y la reparación en esta zona. Personas que no tienen miedo de estos intentos intimidatorios y que no bajan los brazos, como no los han bajado en los últimos 37 años.
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