El pasado año el río Amazonas fue declarado "maravilla de la naturaleza". Así lo explica una placa conmemorativa en el paseo fluvial de la ciudad de Iquitos, desde donde escribo hoy. Para llegar a esta ciudad hay que navegar durante al menos 3 días por varios ríos del norte del Perú y el último tramo es por el mítico Amazonas.
La experiencia es realmente increíble pero nada sostenible :( Durante la travesía se puede conocer gente, hacer amistades, charlar, leer, disfrutar de la naturaleza tan brutal, pero también hay tiempo para observar cómo tanto la tripulación como algunxs compis de viaje lo tiran todo al río. No sólo el agua de los baños o los restos de comida, la basura, el papel higiénico, las botellas... ¡lamentable!
Investigando sobre el tema he podido conocer el trabajo de la asociación Vertidos Cero que denuncia la abundancia e impacto de los vertidos causados por el turismo, el ocio, los cruceros y el transporte marítimo. Echar un vistazo a su web impresiona y nos hace reflexionar sobre la necesidad de aumentar la sensibilización, las medidas legislativas y los sistemas tanto obligatorios como voluntarios de autocontrol en todos los ámbitos de la producción turística. Si la industria turística sigue así, será a la vez víctima y verdugo, en un proceso de degradación de los ríos, los mares y de los destinos naturales que aún puede pararse.
En la foto podéis ver la vista desde mi hamaca en uno de los días de navegación
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