lunes, 24 de noviembre de 2008

Mudanzas: una aventura y oportunidad para practicar la sostenibilidad

Foto de Sergis Blog en Flickr.


Hace poco me mudé de piso. Ahí van algunas ideas que se me ocurren para hacerla bajo criterios de consumo responsable:




1. Lo primero de todo es identificar qué quieres llevarte a tu próxima vivienda. ¡Libérate! ¡Echa lastre! Una mudanza es una oportunidad ideal para preguntarte qué es necesario y qué no. Por eso, es ideal que sirva no para poner el acumulador nuevamente a cero, sino para cambiar nuestros hábitos de acumulación sin sentido.

2. De lo que no quieras llevarte, separa aquello que todavía sirve y está en buen estado o que necesita tan sólo una pequeña reparación. ¿Quién lo puede querer?
  • Pregunta a amigos, conocidos o asociaciones cercanas si lo quieren.
  • Usa las redes de reciclaje. Te sorprenderás de lo bien que funcionan y lo rápido que pasas tu antigua radio, aquella estantería que no usas o cualquier otra cosa. Que te vengan a buscar la nevera o un sofá te será, además, de gran ayuda si tienes que dejar la casa vacía.
  • Puedes poner un anuncio en espacios para ONG como el Tablón de anuncios de CanalSolidario.org
  • Puedes cederlo a proyectos como SocialBid, una empresa que gestiona subastas para recaudar fondos para ONG.
  • Si es ropa, dónala a algún proyecto social como Ropa Amiga (aquí, el enlace en catalán).
3. ¿No has encontrado a nadie que quiera tu antigua lavadora? Pues ya sabes, si la bajas a la calle (en cada ciudad varía la normativa al respecto) harás un favor a su futuro dueño-viandante si cuelgas un cartel de ‘Funciona’ o ‘Funciona pero no centrifuga’, etc. Y también si en aquel armario dejas una bolsita con los clavos, etc.


4. ¿Y qué hacer con todo aquello que ya no se puede reusar de ningún modo? Claro, tíralo a la basura… ¡Pero cada cosa a su cubo! Parece una obviedad, pero me da la sensación de que mucha gente que habitualmente separa residuos, a la hora de la mudanza no es tan escrupulosa, pues hacerlo requiere un tiempo extra adicional al muchísimo trabajo que comporta de por sí una mudanza. Y es que al ir a vaciar los cajones y estanterías llenos de papelotes, debes entretenerte en separar las espirales metálicas o los clasificadores de plástico de las libretas del papel, al tirar esa bolsa con multitud de pequeños utensilios debes fijarte cosa por cosa, etc. Es importante que más allá de los cubos de uso diario, desde el inicio de la mudanza prepares la caja o cajas del punto verde, pues en las mudanzas salen muchos residuos que deben ir allí, como aparatos electrónicos, cables, restos de pinturas, pilas y demás.


5. Por último, si encargas el transporte de tus muebles y pertenencias a una empresa de mudanzas, entérate antes de las condiciones en las que trabajan sus empleados. Al hacer nuestra mudanza, se nos cayó el alma al suelo cuando nos dimos cuenta de cómo trabajan quienes vinieron a casa: en un principio ni pensaban parar a comer y parecían decididos a hacer 12 horas del tirón (finalmente ante nuestra insistencia pararon… ¡sólo 20 minutos!), dormían en el camión y sumaban días a ese ritmo. Claro, la empresa era de las más baratas… pero a qué precio.

Y eso es todo lo que se me ocurre por el momento. Seguir estos consejos lleva más tiempo que hacer la típica mudanza de “todo esto, a la basura de un plumazo” o “todas estas cosas me las llevo para seguir teniéndolas aunque no las use” . Y más en una mudanza, momento de cambios, propósitos, replanteamientos, hojas en blanco y prometedoras vueltas de esquina.

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