Después de un año viajando y aprendiendo por América Latina, toca volver a instalarnos en un campo base para idear y poner en marcha futuros sueños, así que estamos en pleno proceso de mudanza para instalarnos en un pequeño piso de Lavapiés.
Mudarte e instalarte en un nuevo hogar conlleva un buen trabajo: limpiar, empaquetar, cargar, desempaquetar, colocar... pero también te da una buena oportunidad para poner en marcha nuevos propósitos como vivir de una manera más sencilla y consciente. Una mudanza puede convertirse en una prometedora hoja en blanco, para replantearte qué cosas, objetos, prendas y demás elementos necesitas y cuáles no sirven más que para ocupar tu espacio y llenarse de polvo.
Comparto algunas ideas que se nos han ocurrido estos días para hacer una mudanza bajo criterios de consumo responsable:
1. Lo primero de todo es identificar qué quieres llevarte a tu próxima vivienda. ¡Libérate! ¡Suelta lastre! Una mudanza es una oportunidad ideal para preguntarte qué es necesario y qué no. Por eso, es ideal que sirva no para poner el acumulador nuevamente a cero, sino para cambiar nuestros hábitos de acumulación sin sentido. Nosotras, por ejemplo, nos hemos propuesto estrenar un nuevo armario, rebajando el tamaño de su contenido. Nos hemos sumado las 3 al proyecto 333. El reto es utilizar sólo 33 prendas y accesorios durante los próximos tres meses. Pensamos que obligarnos a separar las prendas que realmente usamos de lo superfluo es un buen comienzo de viaje hacia una vida más sencilla y responsable. Hacer la lista de las 33 prendas que queremos utilizar es el primer paso. Es curioso ver que acabamos descartando prendas que pensábamos que eran imprescindibles en nuestro ropero. Creemos que si consigues finalizar el proyecto 333 probablemente mucha de la ropa que tenemos la acabaremos donando porque no la habremos echado de menos y, lo más importante, nuestros hábitos de compra de ropa cambiarán. Antes de comprarnos una nueva camisa nos plantearemos: ¿La necesito? ¿Realmente la voy a utilizar? Aquí están las instrucciones del reto por si alguien más se anima a sumarse :)
2. De lo que no quieras llevarte, separa aquello que todavía sirve y está en buen estado o que necesita tan sólo una pequeña reparación. ¿Quién lo puede querer? Pregunta a amistades, colegas, familiares o asociaciones cercanas si lo quieren. Usa las redes de reciclaje. Te sorprenderás de lo bien que funcionan y lo rápido que pasas tus antiguos patines, aquella estantería que no usas o cualquier otra cosa. Que te vengan a buscar la nevera o un sofá te será, además, de gran ayuda si tienes que dejar la casa vacía. Nosotras hace años que participamos en el grupo de FreeCycle Madrid. Está red está formada por más de 5.000 grupos con cerca de 9.000.000 millones de participantes en todo el mundo. Es un movimiento enteramente sin ánimo de lucro que consiste en dar (y recibir) cosas gratis en nuestras ciudades y de ese modo mantener cosas en buen estado fuera de los vertederos. Si de lo que te quieres deshacer es de ropa, dónala a algún proyecto social como la cooperativa Ropa Amiga, Emaus, etc.
3. ¿No has encontrado a nadie que quiera tu antigua lavadora? Pues ya sabes, si la bajas a la calle (en cada ciudad varía la normativa al respecto) harás un favor a su futuro dueño-viandante si cuelgas un cartel de ‘Funciona’ o ‘Funciona pero no centrifuga’, etc. Y también si en ese armario que vas a bajar a la calle dejas una bolsita con los clavos, etc.
4. ¿Y qué hacer con todo aquello que ya no se puede reusar de ningún modo? Claro, tíralo a la basura… ¡Pero cada cosa a su cubo! Parece una obviedad, pero me da la sensación de que mucha gente que habitualmente separa residuos, a la hora de la mudanza no es tan escrupulosa, pues hacerlo requiere un tiempo extra adicional al muchísimo trabajo que comporta de por sí una mudanza. Y es que al ir a vaciar los cajones y estanterías llenos de papelotes, debes entretenerte en separar las espirales metálicas o los clasificadores de plástico de las libretas del papel, al tirar esa bolsa con multitud de pequeños utensilios debes fijarte cosa por cosa, etc. Es importante que más allá de los cubos de uso diario, desde el inicio de la mudanza prepares la caja o cajas del punto verde, pues en las mudanzas salen muchos residuos que deben ir allí, como aparatos electrónicos, cables, restos de pinturas, pilas y demás.
5. Por último, si encargas el transporte de tus muebles y pertenencias a una empresa de mudanzas, intenta enterarte antes de las condiciones en las que trabajan sus empleados y empleadas.
La foto la comparte carlaarena en Flickr
También nos hemos propuesto que, si tenemos que comprar cosas nuevas, tienen que ser de calidad y, si puede ser, compradas en un comercio del barrio. También hemos descubierto que hay mucha gente que vende cosas de segunda mano en buen estado y a buen precio. Yo necesitaba un espejo grande, en IKEA costaba unos 150 euros, y a través de un anuncio, conseguí uno por 40 en perfecto estado :)
ResponderEliminarMuy bueno!! me lo apunto, ojalá algún día pueda deshacerme de tanto lastre sentimental, que al fin y al cabo, son objetos....
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