Hoy en la frutería me han recomendado probar los bananos de Costa Rica, le he dicho al frutero que prefería consumir frutas que no vengan de tan lejos así que no los compré. Al llegar a casa he investigado sobre qué hay detrás de esta fruta de gran valor nutritivo y he encontrado información muy alarmante.
Cada día miles de cultivadores y cultivadoras de bananos en Centroamérica se exponen (normalmente sin protección) a las mas de 3.000 toneladas de plaguicidas destinadas a eliminar hierbas, insectos, hongos y, de paso, toda clase de vida, ya que en las plantaciones bananeras no crece nada más durante años.
Los cultivos de bananos se comen a marchas forzadas la selva de Costa Rica, uno de los países con el índice de deforestación más alto de América Latina. Y cientos de trabajadoras y trabajadores se envenan cada día por culpa de los productos químicos.
La esperanza está en programas como el ECO-OK, que asegura un cultivo ecológico de los plátanos y que se está intentando potenciar en algunos países productores.
La foto es de Fernando Stankuns en flickr
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