Desde hace unos años, la basura electrónica y eléctrica ha comenzado a preocupar por su aumento en los vertederos y por la carga contaminante de sus piezas. De hecho, el problema de los residuos es ya una de las principales amenazas para el medio ambiente. El daño ambiental que causan muchos residuos, además, comienza en su origen, ya que muchos provienen de fuentes de energía no renovables, agotando así nuestros recursos energéticos, minerales o productivos.
Las neveras, congeladores, lavadoras, cocinas y hornos constituyen la principal fuente de residuos de acero, unos de los más agresivos para el planeta, y su reciclaje puede no siempre tener un efecto positivo sobre el medio ambiente.
Los motores y compresores de los aparatos viejos contienen PCB, una sustancia tóxica no biodegradable que origina, a largo plazo, serios daños en la tierra y el agua. Cuando los electrodomésticos se convierten en chatarra para ser reciclados, el PCB se propaga en el medio ambiente causando un grave impacto.
Las lavadoras pueden funcionar durante una década, los frigoríficos también, los ordenadores tienen una vida más corta, y más todavía los teléfonos móviles. ¿Cuál es la mejor salida para estos electrodomésticos cuando están estropeados? Desde 2006, la ley regula la recogida de estos ‘trastos’ viejos y varias empresas y entidades sociales gestionan su reciclaje y reutilización.
Según la Oficina Ambiental Europea, los residuos eléctricos y electrónicos o e-waste ya representan más del 7,4% de la basura que se genera en el continente. Se calcula que dentro de 10 años, Europa doblará su volumen de desechos eléctricos y electrónicos, llegando a los 14,8 millones de toneladas, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Por eso, desde hace unos años, varias organizaciones se han puesto manos a la obra para concienciar sobre los numerosos componentes tóxicos que se desprenden en la incineración de estos objetos y acabar con los vertidos incontrolados.
Dales una segunda oportunidad
Las alternativas son muchas y muy variadas. Cuando un electrodoméstico se estropea se puede llevar a tiendas de segunda mano gestionadas por empresas sociales que los reparan y los vuelven a poner a la venta, a tiendas de trueque, a puntos limpios municipales o recurrir a empresas de inserción laboral que los recogen puerta a puerta.
La Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria mantiene la campaña ‘Y que cumplas muchos más!’, donde animar a reutilizar y reciclar los electrodomésticos. La iniciativa explica las ventajas ambientales, sociales y económicas que estas prácticas comportan.
Reparar los aparatos eléctricos en lugar de deshacernos de ellos evita la generación de nuevos residuos y previene la contaminación atmosférica, suelos y aguas. Pero, además, esta práctica tiene importantes beneficios sociales, ya que crea empleo para colectivos en riesgo de exclusión y la reparación y venta de segunda mano ofrece electrodomésticos de calidad a precios asequibles.
Por eso expertos en medio ambiente y organizaciones ecologistas apuestan por la reutilización, como la salida más limpia, responsable y sostenible. “Reutilizar los electrodomésticos comporta beneficios para ti, para tu comunidad y para el planeta”, explica la campaña de AERESS.
Obsolescencia programada
Las organizaciones ecologistas denuncian que actualmente se diseñan muchos productos con ‘caducidad planificada’. Si las compañías no hacen piezas de repuesto esenciales, muchos aparatos se tirarán en relativas buenas condiciones. E, incluso cuando hay piezas de repuesto, muchas personas prefieren comprar otro nuevo antes de llevar a reparar el viejo. Según organizaciones como AERESS, a menudo son simples averías y reparándolas el aparato vuelve a funcionar estupendamente.
Si realmente uno de tus electrodomésticos no funciona bien y tienes que hacerte con uno nuevo, puedes seguir una serie de recomendaciones:
>> Comprueba si la tienda donde adquieres los nuevos aparatos se queda con los viejos. De esta forma te ahorrarás el cargar con los aparatos, que con toda seguridad serán vendidos al chatarrero para reacondicionarlos o venderlos como chatarra. Las organizaciones sociales siempre necesitan aparatos de todo tipo y las tiendas de segunda mano los aceptan para revenderlos.
>> Lleva los aparatos a centros de reciclaje, pero comprueba que el proceso de desguace se realiza de forma adecuada.
>> Varias compañías de telefonía móvil recogen los teléfonos usados en sus tiendas y algunas, incluso, abonan una cantidad de dinero. Además, existen varias campañas como Dona tu móvil de Cruz Roja, que consiste en cambiar los móviles en desuso por proyectos educativos de desarrollo y de integración.
>> Los ordenadores pueden perder su rapidez o su capacidad de trabajo en una gran empresa, pero siguen siendo útiles para muchas organizaciones dedicadas a proyectos sociales, educativos o de países empobrecidos.
>> Consume aparatos electrónicos y eléctricos de forma racional y responsable. Es decir, compra electrodomésticos que se ajusten a las necesidades reales que tenemos, no por encima ni por debajo.
¿Qué hacemos con los electrodomésticos estropeados?
Alrededor de la creciente preocupación por el medio ambiente y el reciclaje de electrodomésticos han surgido en todo el mundo interesantes y novedosas iniciativas y propuestas que te dan una idea de lo que puedes hacer con tus aparatos electrónicos y eléctricos averiados.
Una de las más originales es la que ha llevado a 51 artistas cubanos a convertir refrigeradores en obras de arte. La exposición ‘Monstruos devoradores de energía’ se ha llegado a presentar en escenarios de toda Europa. Todo empezó cuando estos artistas plásticos se plantearon qué hacer con los viejos equipos domésticos de refrigeración y los transformaron en auténticas genialidades.
Puedes encontrar más información en la página web de AERESS. Cuenta con datos y recursos, además de ofrece toda la información necesaria para encontrar una tienda de segunda mano cerca de tu domicilio.
La fotografía es de AERESS
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